Estamos ahí.
No se nos distingue porque somos personas normales. Pero convivimos con un handicap: la necesidad de controlar todos y cada uno de los pasos que damos en cuanto a nuestra rutina alimentaria, que va íntimamente ligada a nuestra rutina laboral y personal.
Por suerte, es una enfermedad (una "no tolerancia") cada vez más extendida y conocida. Y digo "por suerte" porque, por lo general, el esfuerzo que hacen instituciones y empresas con respecto a grupos minoritarios, aumenta proporcionalmente al número de personas afectadas por la misma.
Hace 22 años (cuando fuí diagnosticada), poco o nada se sabía de esta enfermedad. La dificultad para conseguir alimentos sin gluten era evidente, así que uno se limitaba a hacer una vida exenta de gluten, sin alternativas. Una dieta marcada por "aquellas cosas que sí puedo comer", y no por "aquellas cosas que no puedo comer, y quisiera poder hacerlo".
Pero hoy en día el mundo se adapta a nosotros. Y es que esa es la única manera: hacer que se conozca la enfermedad, ofertar productos libres de gluten al público en general, y además, ofrecer productos exclusivos para celíacos.
Todo este esfuerzo por hacernos la vida más fácil, además tiene que ir unido a otros aspectos que promuevan la divulgación de la enfermedad, para darla a conocer y para concienciar al resto del mundo. Aquí juegan un papel muy importante las empresas que distribuyen líneas de comida sin gluten, que cada vez más amplían su oferta y nos ofrecen productos riquísimos que nos hacen la vida un poco más dulce.
Y por fin, un anuncio que en 41 segundos nos pone voz. De la reciente campaña de Carrefour, en positivo:
En mi caso, tengo suerte porque: en mi bar preferido me sirven cerveza sin gluten (aunque en la mayoría de sitios no saben qué es eso del gluten); tengo amigos que cuando voy a visitarlos, tienen un estante lleno de comida para celíacos esperándome; y si salgo a cenar, siempre se me tiene en cuenta a la hora de elegir restaurante.
Por todo, gracias a: mi bar preferido, a mis amigos, a mi familia, a carrefour, a las asociaciones de celíacos españolas, a mercadona y al interés de la gente, mi vida es fácil y absolutamente normal.